¿Será tan horroroso como en Lugo?
Nos levantamos a las ocho, para estar en el instituto a las diez. Cuando entraba Astrid en clase. Porque yo entraba a las 12, y ojalá me hubiera quedado a dormir, pero preferí ir con Astrid a clase, no quería perderme. Al llegar encontré a Luis y a Clara, y aunque mi intención era trabajar algo, me convencieron para ir al Täby Centrum, el centro comercial que tenemos en frente del instituto.
Encontramos un Dunkin Donuts, y cogimos una caja de doce. Fue precioso. Nos comimos dos donuts cada uno y después de que Luis comprar unos auriculares que casi le cuestan cincuenta euros volvimos al instituto.
Llegamos al instituto, y nos encontramos a Laura, que quería ir a comer. Aunque no teníamos mucha hambre, fuimos igualmente. Había tacos, y yo los había tomado ayer por la noche, así que ya era un profesional.
Pero estos tacos eran un desastre. El pan se deshacía y la carne estaba super picante. Así que no comí casi nada. Y teníamos clase de química, que nervios.
Cuando llegamos a clase ya estaban todos dentro, se acercó el profesor, un homber bajito, sin mucho pelo y con barbita, nos preguntó si éramos los alumnos de intercambio. Nos preguntó nuestros nombres y nos presentó a la clase. El resto de la clase trascurrió sin nada importante. No sabíamos de que iba lo que estaba escrito en la pizarra, así que creemos que tienen un nivel superior o igual en química. La clase duraba una hora y media, pero hacen un descanso en el medio.
Las clases son bastante inestables en Tibble. La gente entra en clase cuando le da la gana, se ponen a escuchar música, y hasta tienen enchufes colgando del techo, no sé si algún iluminado carga su móvil ahí. También utilizan bastante el móvil. Utilizan mucho el lápiz, yo no vi bolígrafos en clase.
Durante el descanso, dos chicos muy majos vinieron a hablar con nosotros, uno vive en Nortälje, así que a ver si me hago amigo suyo. La clase de física fue más entretenida. Desde que entramos en el aula hasta que entró el profesor pasaron quince minutos. De los dos chicos que vinieron a saludarnos, el que no vive en Nortälje se sentó con nosotros tres, algo que me demostró que quería ser nuestro amigo. A mi me dió mucha pena porque nosotros no le dimos gran conversación y en ningún momento se giró para hablar con sus amigos. Mientras no vino el profesor, el grupo de "los guays" se puso a poner la radio, a lanzar bolas de nieve por la ventana y a poner música en el ordenador. Menos mal que tienen cámaras en las aulas.
Esta era la primer clase que tenían de física, por lo que el profesor nos repartió los libros de texto. En Suecia hay algunas asignaturas que están divididas por semestres, el semestre de otoño y el semestre de verano. La clase fue bastante divertida, porque nos reímos mucho de lo fácil que eran las cosas que íbamos a dar, y bueno,también nos reíamos un poco del profesor.
Después de física, Laura y Luis se fueron a casa, y yo me quedé con Amaia porque teníamos italiano. La profesora de italiano sabe hablar algo de español, lo que está bastante bien. Somos nueve en clase, y estamos repartidos por toda la clase. Durante toda la clase Amaia se separó de mi y se sentó en el asiento del lado, porque no quería saber nada más de mí, pero acabó volviendo, siempre lo hacen.
Aunque fuera porque teníamos que compartir libro. En italiano ya dimos los números y los artículos.
Cuando acabó la clase, tuve que esperar una hora solo en el pasillo por Astrid, porque venía del hospital, y cuando llegó cogimos varios buses para llegar a casa. Cuando llegamos a casa, Astrid se puso a preparar arroz con pollo y mientras se hacía, se puso a ayudar a Anya a elegir el instituto al que quiere ir.
Esto es muy interesante. En febrero, todos los chicos de 15 años, tienen que elegir a que instituto van a ir en secundaria y que modalidad van a escoger.
Me despido aquí, mañana tengo que levantarme a las seis de la mañana, ayuda.
Una caja de 12 deliciosos donuts y berlinas. |
Pero estos tacos eran un desastre. El pan se deshacía y la carne estaba super picante. Así que no comí casi nada. Y teníamos clase de química, que nervios.
Cuando llegamos a clase ya estaban todos dentro, se acercó el profesor, un homber bajito, sin mucho pelo y con barbita, nos preguntó si éramos los alumnos de intercambio. Nos preguntó nuestros nombres y nos presentó a la clase. El resto de la clase trascurrió sin nada importante. No sabíamos de que iba lo que estaba escrito en la pizarra, así que creemos que tienen un nivel superior o igual en química. La clase duraba una hora y media, pero hacen un descanso en el medio.
Las clases son bastante inestables en Tibble. La gente entra en clase cuando le da la gana, se ponen a escuchar música, y hasta tienen enchufes colgando del techo, no sé si algún iluminado carga su móvil ahí. También utilizan bastante el móvil. Utilizan mucho el lápiz, yo no vi bolígrafos en clase.
Durante el descanso, dos chicos muy majos vinieron a hablar con nosotros, uno vive en Nortälje, así que a ver si me hago amigo suyo. La clase de física fue más entretenida. Desde que entramos en el aula hasta que entró el profesor pasaron quince minutos. De los dos chicos que vinieron a saludarnos, el que no vive en Nortälje se sentó con nosotros tres, algo que me demostró que quería ser nuestro amigo. A mi me dió mucha pena porque nosotros no le dimos gran conversación y en ningún momento se giró para hablar con sus amigos. Mientras no vino el profesor, el grupo de "los guays" se puso a poner la radio, a lanzar bolas de nieve por la ventana y a poner música en el ordenador. Menos mal que tienen cámaras en las aulas.
Esta era la primer clase que tenían de física, por lo que el profesor nos repartió los libros de texto. En Suecia hay algunas asignaturas que están divididas por semestres, el semestre de otoño y el semestre de verano. La clase fue bastante divertida, porque nos reímos mucho de lo fácil que eran las cosas que íbamos a dar, y bueno,también nos reíamos un poco del profesor.
Después de física, Laura y Luis se fueron a casa, y yo me quedé con Amaia porque teníamos italiano. La profesora de italiano sabe hablar algo de español, lo que está bastante bien. Somos nueve en clase, y estamos repartidos por toda la clase. Durante toda la clase Amaia se separó de mi y se sentó en el asiento del lado, porque no quería saber nada más de mí, pero acabó volviendo, siempre lo hacen.
Aunque fuera porque teníamos que compartir libro. En italiano ya dimos los números y los artículos.
Cuando acabó la clase, tuve que esperar una hora solo en el pasillo por Astrid, porque venía del hospital, y cuando llegó cogimos varios buses para llegar a casa. Cuando llegamos a casa, Astrid se puso a preparar arroz con pollo y mientras se hacía, se puso a ayudar a Anya a elegir el instituto al que quiere ir.
Esto es muy interesante. En febrero, todos los chicos de 15 años, tienen que elegir a que instituto van a ir en secundaria y que modalidad van a escoger.
Me despido aquí, mañana tengo que levantarme a las seis de la mañana, ayuda.
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